La logística inversa o logística reversible tiene la función de atender el flujo físico de productos que una empresa produce o comercializa, desde el punto de consumo hasta el punto de origen. Es decir, necesita recolectar y reenviar un producto que ya ha sido vendido o consumido para que sea reutilizado, reciclado o desechado adecuadamente. Este proceso gestiona el retorno de las mercancías en la cadena de suministro, de la forma más efectiva y económica posible.
Este término no solo se refiere al papel de la logística en el retorno del producto, sino que también abarca la reducción en origen, el reciclado, la reutilización de materiales, la sustitución de materiales, la eliminación de residuos y desperdicios, la reparación y a la remanufacturación.
La introducción de la logística inversa es resultado de la creciente conciencia medioambiental en los países industrializados, lo que lleva a considerar los problemas de la recogida de residuos y de productos o componentes usados y su reciclaje.
La logística inversa se desencadena por problemas como defectos, errores de envío o desistimiento. En el comercio electrónico, se utiliza como estrategia para reducir la inseguridad del comprador, ya que permite la devolución e intercambio de mercancías.
Para que la logística inversa funcione correctamente, los ciudadanos, las empresas y el gobierno deben trabajar juntos. Los ciudadanos son responsables de entregar los residuos sólidos, las empresas son responsables de disponer correctamente lo que se devuelve, y el gobierno es responsable de supervisar todo el proceso.
Se pueden identificar diferentes tipos de logística inversa:
Logística inversa posventa: El producto se devuelve antes de haber sido utilizado o en caso de poco uso, por estar defectuoso o por un error en la tramitación del pedido. En este caso, las empresas pueden corregir los errores, reciclar, reacondicionar o volver a comercializar el producto.
Logística invera posconsumo: El producto se devuelve después de su uso o por su fecha de caducidad. Las empresas definen si los residuos serán reutilizados, reciclados o dispuestos siguiendo las normas establecidas.
Los objetivos principales de la logística inversa son:
Mejorar la gestión de residuos.
Aumentar la eficiencia en el uso de los recursos naturales mediante la reutilización, el reciclaje y la recuperación de materiales.
Fomentar la creación de productos sostenibles que incluyan criterios ecológicos en todas sus fases.
Agregar valor económico y diferenciación a las compañías.
Al optar por la logística inversa, una empresa puede obtener diversas ventajas:
Mejora su imagen ante los consumidores.
Contribuye con el medio ambiente.
Beneficia a la economía porque genera recursos sostenibles y fomenta el reciclaje.
Puede ser utilizada como estrategia para reducir costos y optimizar ganancias. Es posible definir puntos para la devolución de mercancías, lo que ayuda a reducir los costos de transporte y almacenamiento. Los distribuidores que adoptan programas de logística inversa pueden ahorrar entre el 1-3% de sus ventas.
Un sistema eficiente también ofrece beneficios a los clientes al tener a su disposición una opción de cambio y devolución, lo que también contribuye a aumentar las ventas de una empresa, ya que los clientes confiados compran más.
Permite cumplir con la legislación ambiental.
Genera beneficios económicos como la disminución en los costos de producción y ahorros en la compra de materias primas.
Facilita la recuperación de materias primas difíciles de conseguir.
Mejora el servicio al cliente y las garantías.
Fortalece la responsabilidad social.
Genera una ventaja competitiva.
Dentro de las estrategias más importantes de la logística inversa se encuentran:
Estrategia para recogida y clasificación: Se evalúa el residuo teniendo en cuenta diferentes criterios como su estado, grado de peligrosidad, destino, origen, grado de control y caracterización, realizando un almacenamiento temporal según su clasificación.
Estrategia para reducir o eliminar el residuo: Implica un análisis y diseño de tecnologías y productos que reduzcan los insumos, costos, energía, agua, inventario, mantenimiento, materiales peligrosos y residuos a lo largo de la cadena de suministro.
Estrategia para reutilizar o refabricar los recursos: Organizar la rotación o reutilización de los recursos en la cadena de suministro para no generar residuos y aprovechar al máximo su potencial, reduciendo la demanda de nuevos recursos. La reutilización es volver a usar un producto o material varias veces sin tratamiento.
Estrategia para reciclar: Estructurar una cadena de procesos para darle un uso útil a los residuos o convertirlos en no agresivos al medio ambiente. Esto puede implicar desarrollar nuevos procesos para reprocesar o tratar los residuos. La recuperación es la sustracción de un residuo de su abandono definitivo para su nueva valoración como materia prima secundaria.
Estrategia para su destrucción controlada: Se emplea cuando no es posible otro tratamiento por problemas económicos o falta de tecnología adecuada, pudiendo ser a través de vertido controlado o incineración.
Para una gestión eficaz de la logística inversa, es crucial considerar la trazabilidad de los productos. Además, elementos clave incluyen la gestión de la información, la gestión de la demanda y la gestión de los inventarios.
En resumen, la logística inversa es un proceso de planificación, implementación, control y mejora continua del flujo de materiales, productos e información desde el punto de consumo hacia el punto de origen, con el propósito de recapturarlos, recuperarles o crearles valor, o finalmente desecharlos. Su implementación es fundamental para la sostenibilidad, la eficiencia económica y la imagen corporativa de las empresas en la actualidad.
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