La yerba mate, esa bebida emblemática que forma parte de la identidad cultural de Argentina y otros países de la región, está experimentando un crecimiento notable en la demanda mundial. Lo que solía considerarse una costumbre puramente regional, hoy trasciende fronteras, con países que comienzan a adoptar el gusto por este producto.
Pero, ¿cómo llega la yerba mate desde las plantaciones en el norte argentino hasta tu mate, o incluso a mercados lejanos como Siria o India?
La respuesta está en una compleja cadena logística que combina tradición, industria y desafíos modernos.
Según fuentes oficiales, el complejo yerba mate exportó 94 millones de dólares en 2020, lo que representó un incremento del 9,3% respecto a 2019. El estado está muy interesado en beneficiar a los exportadores de este complejo. Se ha creado el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) para promover la bebida globalmente y adaptarla a los hábitos de consumo extranjeros.
La casi totalidad de las plantaciones de yerba mate en Argentina se concentra en las provincias de Misiones (88%) y el noreste de Corrientes (12%), abarcando más de 209.000 hectáreas. El proceso comienza con la cosecha, que tiene una marcada temporalidad: la cosecha de invierno ("zafra gruesa") se extiende de abril a septiembre y representa el 80% del total, mientras que la cosecha de verano ("zafriña") entre diciembre y marzo constituye el 20% restante.
Una vez cosechada la hoja verde, tiene un tiempo limitado antes de pasar por el primer proceso industrial: la eliminación del agua ("sapecado"), que se realiza en secaderos equipados con grandes tubos, principalmente en Misiones. Este secado rápido en menos de un minuto prepara la yerba para la siguiente fase: el estacionado. Este puede ser natural o industrializado, durando varios meses para que la yerba desarrolle su sabor característico.
La logística en esta etapa inicial implica el transporte de la hoja verde a granel desde la zona de producción hacia los secaderos, que generalmente están cerca de las plantaciones. Se utilizan camiones para un flete corto, con distancias promedio de 50 km, aunque pueden llegar a 100 km. Estos caminos suelen ser rurales, de tierra y con desnivel, siendo un punto de complejidad.
Tras el estacionado, la yerba canchada (la hoja seca con una molienda gruesa) se transporta a los molinos para la molienda fina y el fraccionamiento. La distancia entre secaderos y molinos puede ser mayor, unos 150-200 km, ya que los molinos suelen estar en centros urbanos. Aquí se utilizan camiones acoplados con capacidades de 20 a 28 toneladas. Finalmente, la yerba mate elaborada está lista en distintos formatos, desde bolsas mayoristas hasta paquetes minoristas.
Es interesante notar la estructura económica de la cadena: la producción primaria está muy atomizada, con más de 11.600 productores (casi el 60% con menos de 10 hectáreas), mientras que la concentración aumenta en la etapa industrial (secaderos, molinos) y se eleva aún más en la comercialización, donde tan solo cinco empresas concentran más del 75% de la oferta para el mercado doméstico y el 85% para exportación.
El mercado interno es el principal destino de la yerba mate argentina, absorbiendo casi el 90% de la producción. La organización logística se estructura en torno al envío de la yerba mate molida desde Misiones y Corrientes a los grandes centros urbanos de consumo en todo el país, como Buenos Aires (AMBA), Santa Fe y Córdoba, principalmente por camión.
El transporte se realiza por fletes largos nacionales, con distancias que pueden promediar los 1.250 km para flujos importantes como el de Misiones a AMBA. Un tramo destacado es el de Oberá, Misiones a CABA, Buenos Aires, que explica más del 35% de la carga transportada por vía terrestre.
Por otro lado, la exportación, que representa alrededor del 10% de la producción, también es un componente vital y en crecimiento. Los principales destinos de exportación son Siria, que es el principal comprador y consume la yerba mate en infusiones tipo té, y Chile, que es el principal comprador regional. La población en Siria se ha vuelto adepta al producto, consumiendo casi 50 millones de Kg. en el último año.
Además de estos mercados establecidos, están emergiendo nuevos mercados. India es un ejemplo clave; Argentina fue el primer país en recibir aprobación para exportar yerba mate para consumo humano allí, vendiéndose en formato de mate blend en saquitos y a granel, a menudo mezclado con hierbas locales. Se puede exportar sin restricciones al país asiático. También se está explorando el mercado de Estados Unidos, y existen exportaciones a Europa, Canadá y otras partes de Asia, así como a países vecinos como Brasil, Paraguay y Uruguay. Figuras públicas, especialmente del fútbol como Messi, han actuado como "embajadores", despertando interés global y generando nuevos mercados. También hay nichos creados por argentinos residentes en otros países.
La exportación se realiza principalmente en palets y bultos, y a menudo el envasado se adapta a las especificaciones del país de destino. Si bien el 90% de las exportaciones corresponde a yerba mate elaborada según estadísticas, algunas fuentes sugieren que gran parte se exporta a granel y se fracciona en destino. El transporte hacia los puertos de salida se realiza mayormente por camión desde los molinos. El puerto de Buenos Aires es la aduana de salida para más del 70% de la carga exportada. La mercadería se consolida en contenedores de 40 pies, con una carga promedio de 25 a 30 toneladas. Para destinos regionales, se utiliza el transporte carretero a través de aduanas de frontera específicas.
Para exportar yerba mate desde Argentina, se deben cumplir varios requisitos y trámites:
Trámites ante ANMAT/INAL: Incluyen el Aviso de exportación (primer trámite en la plataforma Trámites a Distancia - TAD), la Solicitud de Certificado Sanitario para acreditar el registro del alimento en el país de destino (también por TAD), y la Solicitud de Certificado de Buenas Prácticas de Manufactura.
Requisitos de SENASA: Los establecimientos que elaboran alimentos para exportación deben contar con habilitación de SENASA. También es necesaria la Inscripción en el registro de exportadores, la Aprobación de alimentos (que puede demorar hasta 72 horas), y la Certificación para exportación de OGM si corresponde. Para productos como frutas y hortalizas, se requiere una Certificación Fitosanitaria, y para el tránsito internacional, una Autorización fitosanitaria que verifica la hermeticidad del paquete. Además, al ser un alimento, se requieren muchos cuidados de calidad y es crucial evitar la contaminación cruzada, especialmente porque es un producto libre de gluten.
La logística tiene un impacto significativo en el costo del producto. Para el mercado interno, el costo logístico total (considerando un recorrido de 1.030 km como Oberá-AMBA para 25 toneladas) puede representar alrededor del 4,5% sobre el precio final en supermercados. Para la exportación, el flete nacional por camión (Oberá al puerto de Buenos Aires, 1.030 km, 25 toneladas) incide aproximadamente un 1,5% sobre el valor FOB. Sin embargo, el costo logístico total para exportación, que incluye el flete internacional y otros gastos, puede alcanzar en promedio un 15% sobre el valor FOB (estimado en US$433 por tonelada).
La cadena logística de la yerba mate en el Norte Grande enfrenta diversos obstáculos o "cuellos de botella":
Infraestructura Vial: El mal estado de las rutas provinciales y municipales dificulta el transporte de la hoja verde y la distribución urbana. La falta de mantenimiento de caminos rurales, especialmente los de tierra, los vuelve intransitables con las lluvias, acortando los días laborables, sobre todo en la época de cosecha. También se menciona el deterioro de rutas nacionales clave y el uso limitado de bitrenes por falta de tramos habilitados.
Servicios Navieros y Portuarios: La falta de contenedores, cancelaciones de buques y demoras en los turnos portuarios afectan la exportación. La elevada concentración de carga en el puerto de Buenos Aires genera congestión, y la reducción en la frecuencia de servicios puede causar demoras de contenedores en puerto, aumentando los costos. El incremento del costo del flete marítimo internacional también es un desafío, especialmente para productos como la yerba mate con menor valor agregado por tonelada.
Red Ferroviaria y Fluvial: El ferrocarril no es utilizado debido a elevados costos, baja productividad, frecuencia, demoras y altos requerimientos de volumen de carga. Si bien existen alternativas fluviales potenciales por puertos como Posadas e Ituzaingó, requieren un elevado grado de desarrollo; el puerto de Posadas está habilitado, pero aún no cuenta con servicios de barcazas.
Regulación y Fiscalización: Se identifican demoras administrativas para controles, como los de Rentas de Misiones, que pueden significar esperas de más de 5 horas. También hay problemas con la demora y deficiencia en los controles de peso por falta de balanzas en ruta.
Conectividad y Suministros: La mala conectividad a internet afecta el funcionamiento normal del trabajo y la emisión de remitos electrónicos. Los elevados costos y problemas de abastecimiento de insumos como neumáticos y gasoil también son obstáculos comunes.
Siniestralidad: Los numerosos accidentes en caminos rurales y rutas, a menudo relacionados con flotas de camiones antiguos y la falta de verificación técnica, son una preocupación.
Distribución Interna: Las demoras en la distribución urbana, tiempos de carga y descarga, congestión del tránsito y la demanda atomizada dificultan la operación logística en los centros de consumo.
A pesar de estos desafíos, la logística y la cadena de abastecimiento han crecido en importancia en la industria de consumo masivo, con profesionales dedicados a controlar costos y adaptarse a las cambiantes necesidades del cliente. Argentina tiene oportunidades para ser más ordenada y previsible en políticas de transporte y comercio exterior, y para optimizar el uso de capacidades ociosas en la cadena. La cooperación con proveedores es esencial para lograr cadenas más rápidas, ágiles y eficientes.
En conclusión, la logística de la yerba mate es un factor clave tanto para abastecer el robusto mercado interno como para capitalizar el creciente interés internacional. Superar los obstáculos identificados en infraestructura, regulación y servicios portuarios será fundamental para potenciar la capacidad exportadora del complejo yerbatero argentino en los próximos años. Para quienes estén interesados en este negocio, ya sea importando o exportando, las fuentes recomiendan contar con el consejo de expertos en comercio exterior.
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